Aventuras Sanitarias

Ir al baño puede ser peor que una película de terror bizarro, puede ser una gran aventura. Yo tuve una gran aventura, asi que se las cuento. La historia comienza en un lugar lejos de aquí, Colonia del Sacramento. Me dirigí allí para tocar con la orquesta en la que trabajo, en un teatro pueblerino acompañando a un coro disonante local. El teatrillo contaba con una cantina con baños separados- se entiende, mujeres a la izquierda; hombres a la derecha.


Primera ida al baño


Soy consciente de esto: si no tomara tanta agua sería alcóholica, me la paso con la botellita en la mano. Y eso implica que cada media hora tengo que ir... así que fui, y el baño no tenía tranca. Era como un baño común de una casa, no había un cubículo separando al inodoro. Me arriesgué y pensé "si lo hago rapidito nadie va a abrir la puerta, tengo que tener mucha mala suerte. De última si me abren la puerta, se va a tratar de una mujer y no va a ser tan grave. ¿que va a ver? Verá una Igual, sujetándose la bombacha con una mano y con la otra apoyándose en la pared, como sentada en el aire, tratando de hacer elquilibrio sin tocar nada infeccioso y embocándo siempre que pueda a donde todo debe concluir." Obviamente me abrieron la puerta. La muchacha no sólo la abrió, sino que entró y la cerró, y mientras se peinaba en el espejo, le dije carraspiantemente "ejem..." mientras intentaba mantener el equilibrio sin perder mi atinada puntería.


Segunda ida al baño


Detrás del escenario, había otro baño. Este no decía ni hombres, ni mujeres, por lo tanto se asumía que era mixto. Entré reflexionando "si este baño es mixto, eso es porque hay una apertura mental colectiva, todos esperan que no sea raro que una mujer este en el mismo baño que un hombre....bla bla bla". En este caso habían dos cubículos, el de la izquierda estaba ocupado, asi que entré en el de la derecha; la puerta no cerraba del todo bien, y me dije "va a ser mejor que lo haga rapidito". A la mitad de mis actos naturales siento que el otro cubículo se dispone a ser evacuado y ahí me apuro más por si las moscas... Termino 2 segundos después, y aún con mis ropas fuera de la ubicación correspondiente, levanto la cabeza (les recuerdo a los hombres que en baños públicos las mujeres no nos sentamos sino que siempre utilizamos la técnica ya previamente detallada) y veo que por la rendija que queda entre la puerta mal cerrada y la pared hay un HOMBRE FISGÓNENANDO. Aaaaaaaaah!! pienso "evitemos crear un pandemónium, debe ser uno de los pendejos de la orquesta, lo voy a cagar a patadas!!" pero cuando salgo me encuentro con un panorama imprevisto... era un viejo, yak!. asi que dictaminé "de seguro este viejo lelo se confundió y por alguna razón inexplicable se tentó de mirar un "water clo" siendo utilizado..." lindo consuelo... salí sin decir nada, medio anonadada, le puse una reverenda cara de insatisfacción y me fuí con una amarga sensación. Poético.


Consecuencias de mi segunda ida al baño


En pleno concierto identifico al inmundo hombre viejo mirándome. No sólo eso, sino que lo veo, con mis propios ojos, comentar con otros treitanieros y cuarentones de la vuelta. Después de cada comentario uno a uno me lanzaba una miradita que quería ser disimulada y no podía. Le conté a mis compañeras de cello, tal vez eran ideas mías, comprobamos que no. Ellas se reían, yo no. Ese día todas mis reflexiones habían resultado erróneas. Toda proyección de mi futuro inmediato concluyó ser muy poco atinada. Ese tipo me la había visto... la idea me molestaba demasiado, sin embargo, un sólo pensamiento lograba consolarme: ese día, mi depilación era impecable!