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Mostrando las entradas de Abril, 2005

Solís me mata el ojo

¿Quién dijo que no hay aventuras en la lenta Montevideo? Yo la tuve, y como no tengo nada más interesante que se pueda contar, aquí les va. Después de caminar toda la fría tarde por la zona de Bvar. Artigas y Garibaldi con mi violonchelo a cuestas buscando la dirección de adonde se suponía era mi ensayo (llegué, tarde...), me fui a ver un poco de música al teatro Solís. Bueno “ver” es un decir, pero no nos adelantemos. Una vez que llegamos, tarde, como nos caracteriza y que una bruja descorazonada y bordeaux nos dijera con una sonrisa más falsa que el papa (no me peguen, soy atea!...) ”lo sentimos mucho no se pueden comprar más entradas”. Una de mis amigas, de la cual no voy a dar el nombre porque no corresponde, se arregló el pelito, se acomodó su corsé, y con movimientos gatunos improvisados pero ya previamente utilizados, se dirigió hasta uno de esos seres bordeaux en versión masculina. Una vez llevado a cabo este acto atroz de seducción y descaro indescriptibles, conseguimos dos d

Sufrimiento onírico

Estoy considerando seriamente que, este aparentemente inofensivo "blog de notas" puede acarrearme más de un problema con alguna amiga que se sienta identificada...los riesgos del oficio, por eso la nueva leyendo de allá arriba (siga la casi flecha ^). El consuelo sería que yo no siento como pienso, creo que esa última frase confusa solucionaría de alguna manera mi comprometida situación. También podria optar por dar a conocer una de mis historias de vida desgarradoras. Como esta es la opción que eligen los gusanos, aca va... Ayer soñé algo de lo más escabroso. Tenía un diente flojo. El pobre me dolía mucho, era uno de los pequeños incisivos de la mandíbula inferior. Me preocupaba encima mi mala suerte de que si se caía se iba a ver mucho peor que si se trataba de un precioso molar. Finalmente el maldito sucumbió, sangró y cayó. Me miraba en el espejo (en el sueño) y lloraba, le conté a mi madre mi infortunio, y a modo de consuelo, pensó que sería bueno ver cuántos dientes bue

Crisis a los 30, 40 y 50

¿Por qué será que una nueva patología aparece en cada cambio de década? ¿o será que las tenemos desde siempre, sólo que nos damos cuenta de ellas al asustarnos del nuevo número de dos cifras que aparece ante nosotros? No sé si a los 20 existe una especie de crisis, tal vez sí, y yo estaría pasando por ella. Tal vez ocupar un espacio en internet para escribir pelotudeces que no se sabe quién las podria leer, sea una especie de manifestación de mi ignorada patología. Pero veamos qué pasa a los 30. Una mujer, soltera, o ya está casada, y tiene hijos que pensó era fácil criar, y los malcría, o no tiene nada, se consigue un perro y de vez en cuando se trauma porque se encuentra con alguna tía vieja que le recuerda lo malo que es ser una solterona. Y es en el perro en que se dibuja todo el meollo del asunto, funciona como un hijo. Creo que llega un momento en la vida de todo ser humano, en el que es necesario tener algo que dependa de nosotros. En vista que no tenemos decisión; ni liderazgo;

una noche en montevideo

Esta es mi primer aparición oficial en este medio cybernético. Dicho acontecimiento merecería alguna historia interesante, pero yo voy a escribir algo sobre nuestra rutina nocturna Montevideana, de la "cream rondense" en pleno goce de sus facultades. Siempre uno, si es roquero como yo, termina en algún toque de mala muerte y tras agonizar por 2 horas y media se da cuenta de que sus pulmones ya no pueden soportar más la tortura. Medio atontado y con un ataque de tos que seguramente acarreara una maratòn de elementos verdes viscosos hasta su boca que seguramente espantarán hasta al más fácil de los pretendientes, se retira. Pero como decía, después de aguantar la respiración, uno sale a tomar un poco de aire fresco, que en esta época del año sería mucho aire fresco y termina en la calle ciudadela. Allí uno queda parado tomando una cerveza que cuesta el doble y trae la mitad...aunque siempre estamos los del prado que haciéndonos un poco los giles nos vamos a comprar al boliche d