Año quien sabe cual, pericos a full, discoteca para mayores de 15, yo casi 13, violando la ley como de costumbre. En la oscuridad de las luces psicodelicas veo a ese rubio del turno intermedio, ese que estaba segundo en mi lista (el primero nunca logré que fuera mio, solo logré que me pegara todos los días a la salida de la escuela... espero que el gusto por los golpeadores se me haya ido definitivamente. De todas formas el terminó siendo un petiso ñoño, igual siempre tendrá el gustito de "asunto pendiente"). Y bueno, ahí estaba el rubiete número dos, que me sacaba dos cabezas de altura y qe se puso a charlar con mi amiga gordita(típica estrategia, hablar con la que no les gusta para acercarse a la que si). Yo me fui acercando con aires de bobita y resulta que en un momento mi amiga gordita me dice: el va a elegir a una de las dos... mmm?...perfecto! Salí favorecida y la gordita desapareció del mapa, en un momento el muchacho pregunta, ¿querés chuponear?, así que me le sen...